Proyecto Green Light: inteligencia artificial al servicio del tráfico y el medio ambiente de Santiago de Chile
De acuerdo al ranking TomTom Traffic Index 2024, los santiaguinos pasan un promedio de más de 23 minutos detenidos en semáforos para un viaje de 10 kilómetros, lo que resulta en unas 100 horas por año en horas punta. De hecho, la ciudad chilena se ubica en el puesto 126 del relevamiento, que abarca a más de 400 ciudades del mundo.
Pero el impacto de todo este tiempo tiene una derivada aún más preocupante. El transporte es responsable del 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que en las intersecciones urbanas generan una contaminación hasta 29 veces mayor que en carreteras abiertas.
En Google, estamos comprometidos con aportar soluciones tecnológicas que generen un impacto positivo en la vida de las personas y en el medio ambiente, en particular en la lucha contra el cambio climático. Ese fue precisamente el llamado que recibió Google Research en 2020: explorar nuevas ideas para proyectos de investigación que se centraran en acelerar la mitigación del cambio climático, tal como lo narró Dotan Emanuel, un ingeniero en software -parte del equipo de Research-.
El ingeniero relató que tuvieron variadas ideas, las que pivoteó también en una cena con su familia. Y fue justamente ahí donde su mujer le hizo énfasis en hacer algo con respecto al tiempo que se pasa detenido en un semáforo. Desde ese punto el equipo investigó la mecánica de la ingeniería de tráfico. Descubrieron que, si bien es inevitable que haya una cierta cantidad de tráfico con paradas y arranques, una parte se puede evitar optimizando la sincronización de los semáforos. Para ello, las ciudades tradicionalmente necesitaban instalar un costoso hardware o realizar recuentos manuales de vehículos que consumen mucho tiempo, y ninguno de estos métodos proporciona información completa sobre los parámetros clave que necesitan.
Se dieron cuenta rápidamente de que tenían una gran ventaja de la que las ciudades podrían beneficiarse: más de una década de Google Maps marcando tendencias en todo el mundo. Y unas semanas después, tenían lista una propuesta de proyecto.
Así fue como nació Green Light, proyecto que ya opera en 15 ciudades del mundo, como Manchester, en Reino Unido; Hamburgo, en Alemania; Río de Janeiro, en Brasil; Buenos Aires, Argentina; y Seattle y Boston, en Estados Unidos, entre otras. Y, desde ahora, Santiago de Chile.
Green Light optimiza la sincronización de los semáforos a través de inteligencia artificial, reduciendo, igualmente, las emisiones de CO2. La implementación se está desarrollando en conjunto al Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, reafirmando el compromiso de Chile con la sostenibilidad y el uso de tecnologías innovadoras.
El sistema funciona estudiando en tiempo real los datos de movilidad emanados de aplicaciones como Google Maps o Waze, combinándolo con información de la ubicación de los semáforos. Así, el algoritmo detecta puntos conflictivos del tráfico y entrega recomendaciones de programación a los ingenieros de la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT) para mejorar el flujo vehicular.
El desarrollo de esta tecnología ayuda a reducir el tráfico de “arranque y parada” y las emisiones contaminantes. Desde su lanzamiento en 2021, el proyecto ha demostrado un potencial de reducir hasta un 30% las paradas y hasta 10% en el caso de las emisiones estimadas de CO2 en intersecciones urbanas.
La llegada de Green Light a Santiago es un ejemplo claro de cómo la inteligencia artificial puede ayudar a enfrentar desafíos críticos como la congestión vehicular y las emisiones de carbono. Este proyecto no sólo optimizará el tránsito, sino que también contribuirá a una ciudad más limpia y eficiente, alineándose con los objetivos de sostenibilidad de Chile.
El trabajo de Green Light no se limita únicamente a entregar recomendaciones para la operación de semáforos, pues una vez que ya se tienen esos datos y se implementan las posibles soluciones, el sistema analiza el impacto real que tienen en el tránsito.
Caption: El panel de control de Green Light ofrece recomendaciones prácticas específicas para cada ciudad y tendencias. Una vez que se ha implementado una recomendación, el panel de control muestra un informe de análisis de impacto
Hasta el momento ya hay 10 intersecciones de Santiago cuyos semáforos han recibido las recomendaciones del sistema Green Light, que gestiona aproximadamente 30 millones de viajes mensuales en las ciudades en que está presente. Y aunque la optimización de una sola intersección pueda parecer un cambio menor, replicar este modelo en múltiples ciudades e intersecciones sí genera un impacto significativo.
Antes de la llegada de Green Light, los esfuerzos por optimizar los semáforos dependían de sensores costosos o conteos manuales de vehículos que, además de ser limitados, sólo ofrecían una visión parcial del problema. Con este nuevo sistema, que combina tendencias de conducción obtenidas de Google Maps con aprendizaje automático para analizar patrones de tráfico en intersecciones, las ciudades pueden implementar mejoras en cuestión de minutos sin necesidad de adquirir equipos adicionales ni realizar inversiones millonarias.
Este proyecto demuestra cómo la tecnología puede marcar una diferencia significativa en la lucha contra el cambio climático. Estamos emocionados por expandir Green Light y llevar sus beneficios a la mayor cantidad de habitantes de la ciudad de Santiago”, concluye Frías.
Con la llegada de Green Light a Santiago, la capital chilena da un paso importante hacia un transporte urbano más eficiente, menos contaminante y alineado con los desafíos climáticos actuales.