Google Cloud denuncia ante la Comisión Europea las prácticas anticompetitivas de Microsoft respecto a las licencias
La computación en la nube es uno de los avances más importantes de la economía europea en la última década. La migración a la nube ha reducido los costes, ha brindado servicios de gran alcance y ha sentado las bases de empresas europeas completamente nuevas. Pero las prácticas heredadas de licencias que obligan a los clientes a utilizar un solo proveedor, amenazan la capacidad de Europa para aprovechar al máximo esta oportunidad.
Durante años, en el ámbito del software de productividad, Microsoft ha atrapado a los clientes en Teams, incluso cuando preferían a otros proveedores. Ahora, la compañía está haciendo exactamente lo mismo empujando a las empresas a Azure, su plataforma en la nube. Las características de las licencias de Microsoft restringen a las empresas europeas trasladar las cargas de trabajo que tienen en la nube de Microsoft a las nubes de la competencia, cuando no existen barreras técnicas para hacerlo o, si quieren realizarlo, imponen un incremento del precio del 400%.
Microsoft es el único proveedor de servicios en la nube que utiliza estas tácticas que tienen un daño significativo para las empresas y gobiernos europeos. No solo ha tenido un coste en las organizaciones europeas de 1.000 millones de euros al año, sino que también ha provocado efectos adversos derivados, incluidos mayores costes para los contribuyentes europeos, ha ahogado a la competencia, ha generado restricciones a los distribuidores y partners revendedores, y ha generado un mayor riesgo para las organizaciones que están expuestas a la inadecuada cultura de seguridad de Microsoft.
Como muchos otros, hemos intentado tratar este asunto directamente con Microsoft. Empezamos un diálogo con toda la industria sobre sistemas de licencia justos y de nube abierta y hemos defendido a aquellos clientes europeos de Microsoft que temen represalias en forma de auditorías o algo peor si deciden hablar. Sin embargo, en vez de cambiar estas prácticas, Microsoft solo ha llegado a acuerdos puntuales con aquellas empresas que han expresado sus preocupaciones.
Para dar voz a las quejas que escuchamos de los clientes (y de toda la industria) y buscar una solución que beneficie a todos, estamos dando un paso más y presentando una denuncia ante la Comisión Europea.
Cómo funcionan las prácticas anticompetitivas de Microsoft en torno a las licencias
Si bien las limitaciones de licencias de Microsoft aplican a una familia de productos Windows que se utilizan en empresas, Windows Server está en el centro de nuestra denuncia, porque es un eje central en la estrategia de Microsoft de atrapar artificialmente a los clientes en Azure. Windows Server es una herramienta imprescindible de trabajo en muchos entornos de TI, que sirve de columna vertebral para aplicaciones, archivos y servicios y que ha reportado miles de millones de dólares al balance de cuentas de Microsoft. Cuando los negocios y gobiernos pagaban por obtener licencias de Windows Server, tenían derecho a ejecutarlas en cualquier hardware que quisieran, y lo hicieron durante muchos años en máquinas de HP, Dell, Lenovo y otras.
Sin embargo, a medida que la computación en la nube fue creciendo y ofreciendo nuevas ventajas a las empresas europeas, los clientes quisieron mover las licencias que habían adquirido a la nube a otros proveedores y en otros casos a múltiples nubes, para tener mayor resiliencia y seguridad. Al principio, Microsoft les permitió hacerlo, pero conforme Azure comenzó a enfrentarse a más competencia, Microsoft decidió anteponer sus propios intereses a los de los clientes e introdujo nuevas reglas que limitaron de manera muy severa las opciones de los clientes.
La restricción más importante llegó en 2019, cuando Microsoft incorporó nuevos términos en sus licencias imponiendo sanciones económicas extremas a las empresas que decidían utilizar el software de Windows Server en los competidores de Azure más cercanos como: Google Cloud o AWS. Las propias declaraciones de Microsoft indican que los clientes que quieran trasladar sus cargas de trabajo a estos competidores tienen que pagar cinco veces más. Y para aquellos que opten por seguir ejecutando Windows Server en otras nubes (a pesar del incremento de coste), Microsoft introdujo obstáculos adicionales, como la limitación de parches de seguridad y otras barreras de interoperabilidad.
Daño a clientes, vendedores y al mercado de la nube en Europa
Según una investigación del profesor Frédéric Jenny, economista francés y presidente del Comité de Competencia de la OCDE, los clientes de la UE se enfrentan a importantes costes ocultos debido a las licencias restrictivas de Microsoft. Estos costes incluyen gasto de dinero de los contribuyentes, el desvío de dinero del crecimiento, y una transformación digital más lenta. Hemos escuchado estas mismas cosas directamente de los clientes.
Las licencias restrictivas también sofocan la innovación y la competencia, impidiendo que las empresas europeas utilicen múltiples nubes, incluidas aquellas basadas en la UE. De hecho, según un estudio reciente, después de los cambios de 2019 en las licencias, la participación de mercado de la nube de Microsoft superó repentinamente a la de todos los demás proveedores y creció particularmente a expensas de los otros proveedores europeos.
La seguridad y la fiabilidad también sufren. Como todo el mundo pudo ver hace dos meses, las tácticas de Microsoft de atrapar a clientes resultaron en un único punto de fallo que afectó a empresas, industrias y gobiernos enteros. Sin diversidad de proveedores, los ataques cibernéticos también se vuelven más frecuentes. La investigación de Prescient se hace eco de esto y concluye que las licencias anticompetitivas conducen a primas de seguros cibernéticos más altas, mayor precio de respuesta a incidentes, y mayor coste de los propios servicios en la nube.
La importancia de licencias justas y abiertas
El enfoque de Google Cloud es diferente. Nosotros promocionamos un sistema de licencias justo y transparente para nuestros clientes. Fuimos pioneros en un servicio de infraestructura multi-cloud y un almacén de datos multi-cloud, lo que permite que las cargas de trabajo se ejecuten en varias nubes. Además, fuimos los primeros en proporcionar soluciones de soberanía digital para los gobiernos europeos y en renunciar a las tarifas de salida para los clientes que desean cambiar de proveedor de servicios de nube.
Nuestro argumento es simple: las prácticas restrictivas en materia de licencias en la nube perjudican a las empresas y obstaculizan la competitividad europea. Esperamos continuar este debate sobre cómo mantener el mercado de la nube justo y abierto para las empresas y los gobiernos europeos.