Una herramienta para la verificación de edad en Europa, y más allá

A la hora de crear espacios seguros, educativos y enriquecedores en internet, las familias y los jóvenes confían en empresas como Google. Una de las claves para conseguir estos espacios es la verificación de edad, un término que engloba los distintos métodos que se emplean para determinar o estimar la edad de quienes visitan un sitio web o una aplicación.
La lógica es sencilla: del mismo modo que, en un parque infantil, hay que adaptar los juegos a las distintas edades de los niños, los diferentes sitios web y aplicaciones requieren protecciones a medida. Las empresas como Google utilizan la verificación de edad (también llamada garantía de edad) para varias cosas:
- para proteger a los más jóvenes de contenidos que pueden ser inapropiados para su edad.
- para ofrecer funciones y ajustes de interés, adaptados a distintos grupos de edad.
- para poner en manos de los padres herramientas de supervisión, como Family Link.
- para cumplir la normativa sobre protección de la infancia.
Por nuestra parte, llevamos muchos años empleando métodos de verificación de edad en nuestros sitios y aplicaciones, lo que nos ha permitido ofrecer protecciones digitales integradas a niños, adolescentes y padres. Sin embargo, en internet no existe ninguna solución interoperable fiable, y eso ha sido un problema persistente.
Apoyamos las iniciativas europeas
Esta cuestión tiene un especial interés en Europa porque, en estos momentos, se está trabajando en distintas iniciativas para que las empresas se comprometan a verificar la edad de una forma efectiva. Por ejemplo, la Comisión Europea está avanzando en una solución técnica para crear documentos de identificación digitales a escala de la UE, que podrían expedir los gobiernos u otras fuentes de confianza. Además, los requisitos del nuevo Artículo 28 de la Ley de servicios digitales aporta un marco político para ello.
Nosotros nos sumamos a los esfuerzos de la Comisión. El Artículo 28 reconoce la necesidad de que existan distintos métodos de verificación de edad, que pueden actuar de manera independiente o combinada. Sus directrices proponen precisamente un enfoque basado en el riesgo que puede ayudar a que todas las empresas cumplan sus responsabilidades.
Credential Manager: una tecnología de verificación de edad que ya está disponible en Android
La API Credential Manager de Google crea un canal seguro para compartir información sobre la identidad... incluida la edad. Un sitio web o una aplicación puede utilizar esta herramienta para “llamar” a un contenedor de credenciales del visitante —como un monedero digital o una aplicación digital de verificación de edad— y obtener estrictamente la información sobre la edad necesaria. De esta manera, resuelve uno de los desafíos más problemáticos en el camino hacia una verificación universal de la edad.
Credential Manager permite verificar la edad mediante tecnologías con prueba de conocimiento cero. Actualmente, este método criptográfico permite a un visitante demostrar que es mayor de 18 años sin revelar quién es ni dar ninguna otra información.
En el futuro, esta tecnología podría adaptarse a otras fuentes de información sobre la edad y a franjas de edad específicas, como los menores de 18 años. Para ello, habría que seguir trabajando en la definición de estándares y especificar las protecciones oportunas. Recomendamos a los proveedores de herramientas de verificación de edad y a los desarrolladores de aplicaciones y páginas web que hagan uso de esta infraestructura, pensada para dispositivos Android.
¿Quién asume la responsabilidad de verificar la edad?
Otras empresas han propuesto enfoques diferentes. Una de esas propuestas pide que sean los sistemas operativos de los dispositivos quienes se encarguen de verificar la edad, en nombre de los sitios web. Pero para llevarla a la práctica sería preciso rediseñar los protocolos que definen una web descentralizada, con consecuencias imprevisibles.
Otra propuesta aboga por que sean las app stores las que verifiquen la edad de los visitantes, en nombre de las aplicaciones móviles. Sus partidarios —Meta entre ellos— dicen que sería una solución “sencilla”, pero lo cierto es que deja fuera de la ecuación los ordenadores de sobremesa y otros dispositivos que las familias normalmente comparten (y, además, no serviría con las aplicaciones que vienen preinstaladas en los teléfonos, como las de Meta).
Y lo que es aún más inquietante, exigiría compartir datos muy granulares sobre la banda de edad con millones de desarrolladores. ¿Para qué necesitan esos datos aplicaciones como, por ejemplo, una linterna? A nosotros nos preocupa, y mucho, el riesgo que esta “solución” supondría para los niños.
De cara al futuro
El entorno digital no deja de evolucionar. Herramientas como Credential Manager demuestran que la protección de la infancia puede evolucionar al mismo ritmo. Nuestra intención es promover la cooperación entre expertos, reguladores y familias para refinar estas herramientas de verificación de la edad, y la oferta disponible.