Natalia Scaliter: “El liderazgo no debería ser una meta, es algo que surge naturalmente”
Natalia Scaliter, Country Manager de Google Cloud para Argentina y Uruguay, cuenta algunas de sus experiencias, logros y retos a lo largo de su carrera en la industria de la tecnología. Además, comparte su consejo para las mujeres que están iniciando su carrera en el área para encaminarla hacia posiciones de liderazgo.
Algunos de tus mayores logros profesionales
En mi primer trabajo participé en foros en distintos países y a medida que me convocaban a nuevas charlas me di cuenta de que agregaba valor a la conversación con contenido que la gente quería escuchar. En ese momento sentí que había logrado convertirme en una profesional respetada en la industria de IT y eso me dio la seguridad para seguir desarrollándome. Hoy, 20 años después, lidero el equipo de Google Cloud Argentina. Este nuevo logro profesional es el resultado de mis ganas de seguir desarrollándome, de explorar nuevas oportunidades, de animarme a probar y equivocarme, y de aprender de cada situación y de las personas con las que me he cruzado. Pero creo que el mayor capital en la vida profesional es la confianza de las personas con las que trabajé que me siguen llamando para participar de sus proyectos. Eso solo se logra con honestidad, siendo consistente, y sobre todo, estudiando y aprendiendo todos los días para dar el mayor valor como profesional.
¿Qué te motivó a convertirte en una líder en tu área?
El liderazgo no fue algo que me propuse, se fue dando con los años. Soy una apasionada de mi trabajo, me gusta armar equipos y buscar soluciones a distintos problemas. La primera vez que tome una posición de liderazgo en ventas me encantó el desafío. Era una líder mujer en un equipo 100% de hombres y todos ingenieros. Armé un equipo diverso de profesionales de distintos perfiles y no solo cumplí con el objetivo que me había propuesto, sino que además siguieron siendo amigos entre sí varios años después que cambie de compañía.
¿Quién te inspiró en tu crecimiento?
Mi principal inspiración fui yo misma, en el sentido de que siempre fui siguiendo instintivamente los caminos donde sentía que podía crecer y mejorar como profesional. Mi motivación siempre fue el desafío intelectual, aprender algo nuevo que no sabía hacer, como un nuevo rol o conocer un nuevo equipo. Sigo aprendiendo todos los días, eso es lo que más me motiva.
¿Cuál es la mayor barrera para que las mujeres lleguen a posiciones de liderazgo?
La primera es cultural. A pesar de todas las demostraciones concretas de mujeres exitosas en posiciones de liderazgo sigue habiendo prejuicios sobre nuestra capacidad de enfrentar situaciones de presión o dividir nuestro tiempo entre el trabajo y la familia. Hay mucho por hacer en materia de educación tanto a hombres como mujeres. En segundo lugar, muchas veces somos nosotras mismas las que nos acobardamos al momento de elegir o aceptar esas posiciones, por los mismos prejuicios culturales que podemos tener sobre nuestra capacidad de afrontar estos roles.
¿Tuviste que superar algún obstáculo en tu carrera?
Creo que los momentos más difíciles de mi carrera fueron cada vez que me daba cuenta que había llegado el momento de hacer un cambio, o porque había llegado a mi techo o porque el entorno en el que estaba trabajando no era culturalmente donde yo me sentía cómoda. Primero reconocí que estaba en esa situación y luego empecé a prepararme para cambiar hasta que encontré la oportunidad y el momento para hacerlo. Hay que estar atento a cómo nos sentimos ante estas situaciones y tomar acción, no dejarlo pasar pensando que se va a solucionar solo.
¿Qué recomendación le darías a las mujeres que buscan llegar a posiciones de liderazgo?
Creo que el liderazgo no debería ser una meta, es algo que surge naturalmente. Es una combinación de personalidad orientada a las personas y al trabajo en equipo, y las capacidades inherentes a la profesión. Pero principalmente son las ganas de transformar algo y la pasión por lo que uno hace. Son roles de mucha entrega y dedicación y solo se pueden sostener cuando se hacen con una meta clara y con la misión de que las personas que vamos a liderar se desarrollen con éxito.